Miguel Ángel Correa de 38 años quien vivía en zona rural de Avellaneda, conviviendo con dos mujeres, que son primas entre sí, y tuvo 10 hijos con ambas. A los chicos los torturó y abusó sexualmente de ellos.
El fiscal Dr. Aldo Gerosa, (foto de archivo) junto a los agentes de Trata de Personas y Violencia de Género de la Agencia de Investigación Criminal, terminó el miércoles 7 de octubre de 2020, con el aprehensión de Miguel Ángel Correa de 38 años, tras que sus 10 hijos fueron rescatados y asistidos por los organismos del Estado del área Social como de asistencia médica y psicológica. El día viernes 9 se realizó la audiencia imputativa donde se dictó la prisión preventiva como autor de los aberrantes delitos.
Los hechos narrados ocurrieron en una vivienda ubicada en zona rural de Avellaneda. A partir del año 2008,
Miguel Ángel Correa de 38 años, golpeó con cintos, correas, cables y otros objetos contundentes a sus hijos con la finalidad de lograr que estos se disciplinen, llegando a quemarlos con objetos incandescentes en distintas partes del cuerpo. Esto fue corroborado por un equipo interdisciplinario de psicólogas, docentes y asistentes sociales, que establecieron en el informe que los chicos víctimas de la situación, tenían un profundo daño psicológico, con traumas severos que afectaron su personalidad y capacidades cognitivas, causando miedo, sometimiento, dependencia, conductas anormales, deseos de no vivir en su casa familiar, problemas de sueño y consiguientes dificultades de aprendizaje.
Correa los privaba de la necesaria alimentación y solo les daba lo que sobraba después que él comía, llegando a impedir que fueran a la escuela para que pudieran alimentarse con la ración del comedor escolar. Además prohibía que sus madres les procuren asistencia médica y psicológica, evitando los medicamentos como los tratamientos ordenados por los profesionales para distintas patologías. Como corolario de lo expresado, Miguel Ángel Correa obligaba a los niños a mendigar en la vía pública, exponiéndose a fríos intensos, además de que concurrían a la escuela desabrigados en invierno, con el pelo mojado después de bañarlos con agua fría, y hasta los hacía dormir junto con los perros de la vivienda en un pozo en el exterior del inmueble.
Los hechos narrados por los hijos de Miguel Ángel Correa de 38 años, nenas y nenes de distintas edades, sometidos en numerosas oportunidades a prácticas sexuales aberrantes (violaciones) y constatadas por profesionales médicos.
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