¿Por qué recorrer el camino? ¿Para qué sumarse a la caminata? Para saber por qué, debemos pensar y entender que es ser radical. Debemos analizar si es lo mismo que pertenecer a cualquier ideología. Si vale la pena decirse radical.
Yo creo (y mucho) en la identidad. Para mí no es lo mismo ser Paoletti que Perez (con todo respeto a los Perez, ya que conozco muchas grandes personas con ese apellido). Jamás me gusto que un profesor o maestro se confundiese con mi apellido y me nombre como Pauloni, Palotti, Paulotti, y menos Pavoletti. Ello implicaba desconocer mi identidad, quién realmente era y de dónde provenía.
Así como la familia de cada uno es una (sin importar la forma en que se encuentre conformada), y como también lo es esa ampliación de la misma que son los amigos; el partido radical es uno, y es una familia.
Existen en el partido radical diferencias y peleas internas, como en toda familia.
Ser radical implica defender el federalismo, el libre sufragio, el constitucionalismo, promover la defensa del patrimonio nacional, el americanismo y su integración, los principios social demócratas, la inescindible concepción ética de la política, y el respeto total de la autonomía personal porque como expresare Alem “Prefiero vivir con menos lujo y con menos pompa, siempre que me dirija yo mismo”.
La particularidad de esta singular familia es que lo que la une no es la sangre, ni el afecto, ni los gustos, sino los “ideales”; y es por ello que para finalizar solo puedo dejar un consejo: caminemos siguiendo nuestras ideas, que falta mucho recorrido pero vale la pena, y para ello debo volver a repetir (una muy citada frase de Raúl Alfonsín) donde nos pide: “Sigan a las ideas, no sigan a los hombres. Los hombres pasan y las ideas quedan y se transforman en antorchas que mantienen viva a la política democrática”.
Muy feliz cumpleaños a nosotros, los radicales.
Eduardo J. N. Paoletti.
Presidente U.C.R. Reconquista
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