Este jueves 23 y viernes 24 de junio fueron dos días en que el esperado juicio oral por el caso Maulin Pratto tuvo su inicio y comenzó a caminar en el Tribunal Oral Federal de Santa Fe.
Con la presencia de las imputadas Cecilia Gòngora y Elsa Nasatsky sentadas en el banquillo de los acusados por el hecho sucedido en marzo de 1977, se leyeron los fundamentos por lo que dio inicio a una seguidilla de audiencias que culminarán en agosto, para dilucidad la “apropiación ilegal de un menor de 10 años”, el entonces recién nacido José, inscripto con el apellido "Segretìn".
Preside el tribunal el Dr José Escobar Cello, la fiscalía está a cargo del Dr Martín Suarez Faisal, los abogados querellantes son Lucila Puyol Garategui y Guillermo Munè y la defensa està a cargo del defensor oficial (Góngora) y del Dr Roberto Busser (Nasatsky).
En un momento de la primera de las jornadas el defensor de la imputada Nasatsky, Dr. Busser, planteó que este hecho no fuera considerado como delito de Lesa Humanidad.
Las dos mujeres pudieron hablar y expresar sus relatos defensivos. Gòngora descargó responsabilidades del hecho sobre su marido muerto, quien según ella le había expresado en aquel momento que José era fruto de una relación clandestina con otra mujer. Entre otros argumentos novelados y plagado de contradicciones. Una fábula para incriminar al marido.
La médica Nasatsky en cambio hizo relato mucho más coherente, más hábil, verosímil, sobre su actividad, su consultorio y sus pacientes, reconoció su firma en el certificado de nacido vivo de José, hizo un recuento de su trabajo en el hospital público, etc etc. No conoce a Góngora, no fue su paciente. Y dejó la sensación a quienes escucharon su descargo de que en una estrategia sostén, en esta historia “le armaron una cama”.
El jueves venidero será la tercera jornada con 4 integrantes de las familias Maulin Pratto convocados a declarar.
Las dos mujeres pudieron hablar y expresar sus relatos defensivos. Gòngora descargó responsabilidades del hecho sobre su marido muerto, quien según ella le había expresado en aquel momento que José era fruto de una relación clandestina con otra mujer. Entre otros argumentos novelados y plagado de contradicciones. Una fábula para incriminar al marido.
La médica Nasatsky en cambio hizo relato mucho más coherente, más hábil, verosímil, sobre su actividad, su consultorio y sus pacientes, reconoció su firma en el certificado de nacido vivo de José, hizo un recuento de su trabajo en el hospital público, etc etc. No conoce a Góngora, no fue su paciente. Y dejó la sensación a quienes escucharon su descargo de que en una estrategia sostén, en esta historia “le armaron una cama”.
El jueves venidero será la tercera jornada con 4 integrantes de las familias Maulin Pratto convocados a declarar.
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